La vitamina D es un nutriente necesario para diversas funciones en el cuerpo humano. Una de las más importantes es ayudar al cuerpo a absorber el calcio, contribuyendo así a la prevención de la osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos se vuelvan más frágiles y sean más propensos a fracturas.  

¿Cuáles son algunos de los efectos de la vitamina D sobre la salud?

En la investigación sobre el uso de la vitamina D para afecciones específicas, se puede observar mejoría en:

• Salud cognitiva. Las investigaciones demuestran que niveles bajos de vitamina D en la sangre están asociados con el deterioro cognitivo.
• Trastornos óseos heredados. Los suplementos de vitamina D se pueden usar para tratar trastornos heredados que resultan de la incapacidad de absorber y procesar la vitamina D, como la hipofosfatemia.
• Esclerosis múltiple. Algunas investigaciones sugieren que la suplementación con vitamina D a largo plazo reduce el riesgo de esclerosis múltiple.
•  Osteomalacia. La deficiencia de vitamina D grave, causa la pérdida´ del contenido mineral óseo, dolor óseo, debilidad muscular y ablandamiento de los huesos.
• Osteoporosis. Los estudios sugieren que las personas que obtienen suficiente vitamina D y calcio en sus dietas pueden ralentizar la pérdida de mineral óseo, ayudar a prevenir la osteoporosis y reducir las fracturas.
• Psoriasis. Aplicar en la piel una preparación de vitamina D o un medicamento que contenga calcipotriol, un compuesto de vitamina D, en  las lesiones de la psoriasis en placas, puede ser favorable en algunas personas.
• Raquitismo. Es el ablandamiento y debilitamiento de los huesos en los niños, generalmente debido a una deficiencia extrema y prolongada de vitamina D. Esta afección poco frecuente se desarrolla en niños con deficiencia de vitamina D.
• Sistema inmunitario. Aumenta la secreción de sustancias bactericidas por parte de las células de defensa, optimizando la capacidad de combatir las bacterias y los virus que lo atacan.
• Otras funciones adjudicadas a la vitamina D, como: favorecer la fertilidad, tanto femenina como masculina; disminuir el riesgo de presentar Diabetes Mellitus; mejorar la función muscular, etc. continúan siendo estudiadas.

¿Cuáles son las fuentes de vitamina D?

La vitamina D se encuentra naturalmente en pocos alimentos, principalmente en pescado graso: salmón, sardinas y caballa; en menores cantidades en la yema de huevo e hígado vacuno. Sin embargo, el aporte de los alimentos es insuficiente para alcanzar los niveles necesarios.

Exponernos a la luz solar directa convierte una sustancia que tenemos en la piel en la forma activa de la vitamina (calciferol). En teoría una exposición sin protector solar durante 15-20 minutos, 3 a 4 veces por semana permitiría producir la vitamina D que el cuerpo necesita. Sin embargo, la cantidad puede variar mucho de persona a persona. Las personas que no viven en lugares soleados o no se exponen al sol pueden producir insuficiente vitamina D. Los días nublados, la sombra, la piel de color oscuro y el envejecimiento también reducen la cantidad de vitamina D que produce la piel. Aunque los protectores solares limitan la producción de vitamina D, los expertos en salud recomiendan usar protección solar (FPS) de 15 o más si la persona va a exponerse al sol por algo más que unos minutos.

Recuerde que, si usted está por iniciar el consumo de un suplemento de vitamina D, es importante que consulte con su médico la dosis adecuada que debería tomar.

Referencias:1. National Institutes of Health. Vitamina D. 2. Mayo Clinic. Vitamina D 3. David Feldman. Vitamin D, Volume I: Biochemistry, Physiology and Diagnostics 4. Ed. London: Elsevier; 2018. p. 45-55.